Mitos sobre la sordera
Durante mucho tiempo, ideas altamente difundidas, han formado nuestro concepto sobre las limitaciones y las necesidades de las personas sordas. Sin embargo, debemos saber que a través de técnicas educativas y tecnologías en audición, las personas sordas constantemente desafían esas ideas preconcebidas sobre sus limitaciones, convirtiéndolos en individuos integrales que pueden oír, comunicarse como cualquiera y alcanzar grandes metas académicas y laborales. He aquí algunas de esas ideas que debemos ir dejando atrás.
¿Sordomudos?
Actualmente casi ninguna persona sorda es completamente muda, al menos en nuestro país el 86% de las personas con pérdida auditiva hablan perfectamente, según el último censo nacional. Lo que ocurre es que se tiende a obviar que una parte importante de la población pierde el oído luego de aprender a hablar por vejez, accidentes, enfermedades o factores hereditarios. También hay que tomar en cuenta que existe un grupo creciente de sordos pre lingüistas (que pierden la audición antes de aprender a hablar) que adquieren la lengua oral a través de las terapias y el equipamiento tecnológico.
Incluso las personas sordas señantes (que se comunican mayormente mediante señas) manejan usualmente algún nivel de comunicación oral y escrita, que utilizan cuando están fuera de su círculo de amigos señantes. Los casos de sordas que no hablan y se comunican exclusivamente con señas son muy raros.
La lengua de señas es la lengua materna y natual de las personas sordas
Este es un tema delicado pues a través de este supuesto se le quiere asignar a los niños sordos la lengua de señas como lengua materna en forma arbitraria, negándole a sus padres el derecho a criarlos en su propia lengua y cerrándole a estos niños las puertas de la oralidad en forma prematura.
La lengua materna es la primera lengua que aprendemos en el entorno en que nos desarrollamos, casi siempre heredada por nuestros padres. De manera que si un niño sordo aprende de sus padres una lengua oral, ésta será su lengua materna y no la de señas. A esta situación debemos sumar el hecho de que muchos niños sordos pierden la audición a los seis, siete, ocho o más años, habiendo ya adquirido una lengua oral. Estos niños son orales y no tendrán como lengua materna ninguna lengua de señas. En el caso de adultos que pierden la audición, con mucha más razón la lengua de señas como lengua materna no aplica.
Los niños sordos tienen derecho a recibir educación en su lengua materna como cualquier otro individuo en la sociedad, pero esta lengua puede ser cualquiera.
“Cultura/Comunidad Sorda”
Estos términos, creados por la Federación Mundial de Sordos (institución internacional enfocada en lenguaje de señas), no se refiere al grupo de personas sordas de una región como se infiere de los términos, sino que se refiere exclusivamente a las personas sordas señantes y sus costumbres. Esta interpretación de los términos es incorrecta y alimenta el prejuicio de que las personas sordas son personas que no hablan. Lo más apropiado, si queremos referirnos a la cultura de la comunicación en señas, sería utilizar los términos "cultura señante" o "comunidad señante".
"Sordos" con mayúscula
Al igual que con los términos "Comunidad Sorda" y "Cultura Sorda", esta regla fue creada trambién por la Federación Mundial de Sordos y sugiere que se debe escribir la palabra "Sordo" usando mayúscula cuando nos referimos a una persona señante. Esta polémica diferenciación ha sido muy criticada debido a que, implícitamente, coloca a los sordos señantes en una categoía superior dentro de la comunidad. Esta regla genera discriminación y no debería utilizarse.
Son muy pocos los niños sordos que logran aprender a hablar
A menos que un niño sordo tenga problemas físicos que le impida emitir sonidos, cualquier niño sordo puede aprender a hablar si lleva el debido proceso. Lo que usualmente ocurre es que algunas escuelas de sordos le atribuyen una importancia desproporcionada a la lengua de señas por encima de la lengua oral, descuidando y hasta eliminando los rubros de oralización en los programas educativos.
Por otra parte se debe considerar que el papel que juegan los padres en la eduación de un niño sordo es determiante en el proceso de oralización. Un niño oyente adquiere el lenguaje oral porque crece escuchándolo a diario y a todas horas, un niño sordo sólo se expone al lenguaje durante el tiempo que le dediquemos a eso, por eso es muy imporantante que disponga de suficiente tiempo de trabajo fuera del consultorio del terapeuta.
Los sordos son personas visuales
Es verdad que al perder el canal auditivo, las personas sordas se apoyan en la parte visual para desenvolverse en su entorno, pero esto no los hace “seres visuales”. Los sordos son tan auditivos como cualquier otra persona, pues tienen las mismas condiciones para distinguir e interpretar los sonidos que cualquier ser humano. Los sordos son, por decirlo de alguna forma, personas oyentes que no pueden oír. Es por esto que es tan importante que los niños sordos comiencen su rehabilitación auditiva en la forma más precoz posible, para que pueda incorporar la información auditiva a su percepción.
Sin saber señas no puedo hablar con un sordo
Como hemos visto anteriormente gran parte de las personas sordas son personas que se desenvuelven oralmente como cualquiera, y las que no, usualmente manejan algún nivel de oralidad o lenguaje escrito con el que podemos entendernos bastante bien con ellos. Así que si nos topamos alguna vez con una persona sorda es muy probable que podamos comunicarnos bien si utilizamos las técnicas apropiadas.
Los sordos son muy sinceros, por eso la gente los toma por groseros
Esto de ninguna manera corresponde o está relacionado con la sordera, es responsabilidad de los padres inculcar buenos modales, buena actitud y reglas de cortesía a sus hijos. El que una persona sorda no tenga modales ni respeto a la hora de emitir sus opiniones corresponde directamente a la educación que ha recibido y al entorno en que se ha desarrollado, como cualquier otro individuo de la sociedad.